La ciudad LAIF City Life que es ejemplo de resiliencia urbana y epicentro mundial de la búsqueda de soluciones sostenibles

Artículo publicado originalmente en la página web de la Iniciativa LAIF City Life el 3 de noviembre de 2025. La Iniciativa LAIF City Life recibe apoyo de la Unión Europea a través de LACIF en forma de asistencia técnica.
Belém do Pará, sede de la COP30, está elaborando dos proyectos con sendas propuestas de infraestructura azul y verde y movilidad baja en carbono como parte de LAIF City Life.
Emplazada en la desembocadura del río Amazonas, Belém es una de las puertas de entrada a la selva amazónica. La capital del estado brasileño de Pará acaparará la atención mundial entre el 10 y el 21 de noviembre de 2025 por ser sede de la 30.º Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30). Es una elección con mucho simbolismo: es la primera vez que una ciudad en el “pulmón del mundo”, fundamental para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y regular el clima, hospeda el encuentro más importante y trascendental sobre cambio climático.
De entre los seis ejes temáticos de la Agenda de acción de la COP30, uno se dedica a la “Construcción de resiliencia en ciudades, infraestructura y agua”, y en ese marco se mostrarán y analizarán múltiples esfuerzos de mitigación, adaptación, financiamiento, tecnología y capacitación realizados en distintas partes del planeta.
Precisamente, sobre los retos de las ciudades conocen bien las áreas urbanas del Delta y Estuario del Amazonas, el 67% de cuyos habitantes residen en el Área Metropolitana de Belém, que abarca más de 1.900 sectores urbanos en cinco municipalidades. Una evaluación realizada en 41 ciudades desprende que entre el 60% y el 90% de la población urbana del Delta y Estuario del Amazonas vive en condiciones de vulnerabilidad moderada o elevada; esto es, expuesta a riesgos potenciales de inundación, pobreza y deficiencias estructurales básicas como agua potable insuficiente o recogida inadecuada de aguas residuales.
Durante la COP30, la ciudad anfitriona podrá aportar ejemplos como los que ya destacó el Foro Económico Mundial, que puso a Belém como demostración de la forma en que una ciudad dependiente de sistemas urbanos integrados de agua puede mejorar su resiliencia, proteger los ecosistemas y elevar la calidad de vida de sus habitantes mediante sistemas naturales e infraestructuras sostenibles.
Más allá de la COP30
Además de los progresos realizados en los últimos años para hacer de Belém una ciudad más resiliente, la Prefeitura Municipal está actualmente elaborando estudios técnicos para dos proyectos que apuestan por infraestructura verde y azul y la movilidad baja en carbono que respondan, de hecho, a los principales riesgos que encaran las ciudades del Delta y Estuario del Amazonas.
Para acometer los estudios, la Prefeitura cuenta con la asistencia técnica y financiera de LAIF City Life. Gracias a la Comisión Europea y la AECID (a través del Fondo Español para el Desarrollo Sostenible - FEDES), el proyecto “Valorización socioambiental de la cuenta del río Ariri Bolonha” ha recibido 180.000 euros de subvención y los estudios para el “Corredor fluvial: Terminales y puertos fluviales” tienen una dotación de 287.000 euros.
Estos proyectos nacen y contribuyen al mismo tiempo a la estrategia de la Unión Europea Global Gateway y tienen el respaldo del Instrumento para Inversiones en América Latina y el Caribe (LACIF).
El río, cauce de la regeneración urbana
El río es parte intrínseca de Belém y por él navegan las respuestas de la regeneración y resiliencia urbana. La ciudad requiere, por un lado, dar solución a las inundaciones y anegamiento de las riberas del río y, por otro, resolver el transporte fluvial para conectar las 39 islas que son parte del área metropolitana.
El municipio tiene 14 cuencas hidrográficas y la mayor parte de su área continental se encuentra en cotas inferiores a 4 metros, por lo que su inundación es habitual.
La urbanización de la subcuenca Igarapé Pau Grande de la Cuenca Hidrográfica del río Ariri Bolohna ha conllevado la impermeabilización del suelo y la deforestación de las áreas ribereñas. Esto y la deposición de desechos en el lecho del río producen el anegamiento del río y reducen su capacidad de escorrentía, lo que provoca una mayor frecuencia y área de inundaciones. Todo ello afecta no solo al medio ambiente, sino también a la vida de sus habitantes: causa daños materiales, crece el riesgo de pérdida de vidas y se interrumpen las actividades cotidianas. Además, residuos generan problemas de salud pública con la proliferación de mosquitos y roedores y las enfermedades asociadas a ellos.
El proyecto “Valorización socioambiental de la cuenta del río Ariri Bolonha” contempla un macrodrenaje que comprende la mancha de inundación a lo largo de 1,2 km del Igarapé Pau Grande, que los estudios determinarán. En efecto, se identificarán las áreas susceptibles a inundaciones, se analizará el comportamiento de los ríos y corrientes durante periodos de lluvia intensa y se pondrán en marcha medidas de control de inundaciones.
Además del macrodrenaje, se contará con un anteproyecto de urbanización del entorno (construcción de carreteras de acceso, aceras, alumbrado público, espacios verdes y equipos de ocio) y el diseño del sistema de microdrenaje de la zona de intervención que derivará las aguas pluviales al canal de macrodrenaje.
Corredor fluvial para conectar las islas y el área continental
De los más de 1,3 habitantes de Belém, alrededor de 78.000 viven en las 39 islas que son parte del área metropolitana. Pese a ser una ciudad rodeada de ríos, predomina el transporte por carretera, con el consiguiente aumento de los tiempos de traslados y congestión del tráfico en el sistema viario principal.
Únicamente dos terminales con infraestructuras en estado precario dan servicio diario a unos 5.000 pasajeros que se trasladan en lancha rápida entre los municipios de Belém. La falta de infraestructura portuaria impide el desplazamiento eficiente de residentes, turistas y productores agrícolas. Para los productores de las islas, por ejemplo, esto genera un incremento en sus costos de distribución.
Con apoyo de LAIF City Life, la Prefeitura de Belém iniciará con los estudios de la primera parte del Corredor fluvial: el enlace fluvial entre la Isla de Mosqueiro, el distrito de Icoaraci y el Ver-o-Peso y la adecuación de la Instalación Portuaria de Mosqueiro y del Trapiche de Icoaraci y la instalación de una terminal fluvial en el Ver-o-Peso.
Estos primeros proyectos estructurarán los posteriores. Además de mejorar la movilidad de la población ribereña a la parte continental mediante transporte colectivo de pasajeros, el Corredor fluvial lo integrará a las redes de transporte en autobús y a las ciclovías, y así los residentes de las islas accederán más fácilmente a los servicios públicos y lo harán con seguridad, confort y eficiencia. De igual forma, la Preferitura de Belém pretende crear las condiciones para atraer más turismo y aprovechar las oportunidades para el desarrollo socioeconómico.
En lo que respecta al impacto medioambiental, el transporte fluvial es menos contaminante, tiene alta capacidad de carga, representa menos costos en el desplazamientos y la infraestructura y su seguridad es mayor ante el robo de cargas.

